Mis primeras horas quiteñas

En mis primeras horas quiteñas he tenido varias sensaciones. La primera ha sido sentir el soroche, que en nuestra tierra llámase mal de altura.

No lo sentí el primer día, pero sí ayer. Sensación de palpitaciones, estómago algo revuelto. Pero en seguida se me pasó trás tomarme un té de coca.

La segunda sensación ha sido comprobar la riqueza de la lengua castellana que aquí adquiere un especial acento. Tienen expresiones muy interesantes, también singulares, algunas de las cuales proceden del quechua, que aquí se le conoce como "quichua". Porque el sistema fonético tiene tres vocales: a, i, u.

Pero de todas las singularidades de la lengua, me ha llamado mucho la atención lo que aquí llaman el "gerundio de cortesía", que es una construcción sintáctica quichua. Para decir, por ejemplo, "haz el favor de traerme un libro", lo expresan diciendo "Dame trayendo un libro". O a veces lo complican aún más y para decir " hazme el favor de hacer", ellos dicen: "darasme haciendo".

En fin que ando yo muy entretenida recogiendo expresiones singulares que pretendo contarles en algún momento.

Todavía es pronto para empezar a "sentir el país" pero de estas primeras impresiones, veo que esta hermosísima tierra me dará para bastantes reflexiones: por su estructura social, por sus bellísimos parajes, por su diversidad, su lengua.

También por ser un país con un porcentaje de indígenas de aproximadamente el 30 por ciento, (aunque esta cifra la confirmaré más adelante), que cada vez tienen mayor presencia en las políticas gubernamentales. Este movimiento, común en otros países del entorno, es muy importante a tener en cuenta. Aún más interesante es observar a los propios nativos cómo viven el tema indígena.

Seguiré viniendo por aquí siempre que la tecnología y el tiempo me lo permita. El programa de viaje por estas tierras ecuatorianas, con la familia Kabila, no me dejará mucho tiempo disponible.

Cuídense y disculpen que no vaya a visitarles.