Grecia aplastada por la élite económica

Ha finalizado la Cumbre del Grupo de los 20, ha finalizado con un negro panorama económico. Ha finalizado sin llegar a poner en marcha uno de los acuerdos más esperados: la creación de un "impuesto de transacciones financieras", impuesto que de implantarlo, se dedicaría al crecimiento de las economías pequeñas, impuesto demandado, por activa, por pasiva y por perifrástica, por parte de los movimientos antiglobalización, reunidos, por cierto, en la Cumbre de los Pueblos, en Niza, en los mismos días que las élites divinas se encontraban en Cannes.

Cumbre de los 20 que ha estado centrada en la "crisis griega". Al hablar de ella, me refiero a la presión brutal que se le ha hecho a ese país para que renunciara al escrutinio público. ¡Cuánto miedo a que hable el pueblo, teórico depositario de la soberanía!

Cuando estas élites hablan de crisis griega se refieren a la deuda, se refieren al negocio de los bancos franceses y alemanes, se refieren a los interese de la élite económica y financiera mundial.

En esa "crisis griega" que ha llenado muchos minutos de la Cumbre de los 20, no se habla de los millones de ciudadanos griegos que se encuentran en una situación dramática: pérdida de hogar, desnutrición, prostitución, adicción a las drogas, suicidios... Todo ello aumentado alarmantemente. A decir del propio ministro de Sanidad griego, los suicidios han incrementado el 40%. La desnutrición infantil es alarmante. La tasa de alimentos ha crecido del 13 al 23%. Para más datos, aquí.

Ciduadanos griegos de los que no se habla, y si lo hacen es para decir que  "los griegos han vivido por encima de sus posibilidades". Frase que produce en mí auténtica rebeldía, verdadera indignación. Nada hablan de la pésima gestión de los gobiernos que manejaron pesimamente los recursos públicos de los griegos. 

Nada hablan de la responsabilidad que tuvo en su día el flamante Mario Draghi, a la sazón máxima autoridad del Banco Central Europeo. Ya hablé en este blog de tamaño personaje. Vicepresidente de Goldman Sachs cuando este banco hizo la vista gorda de la situación financiera de Grecia, para mejor negocio obviamente del susodicho banco. Entidad bancaria acusada de fraude por la venta de créditos hipotecarios de riesgo, conocidos como “subprime” y que fueron uno de los originarios de la crisis financiera mundial actual. Insisto, Mario Draghi, vicepresidente de aquella entidad.

Ojalá los griegos se decidieran a dar el paso que dio Argentina que gracias a ignorar las exigencias del Fondo Monetario Internacional, en menos de tres años tuvo una recuperación espectacular, volviendo al nivel de ingresos anterior a la recesión. ¡Ojala!

Pobre Grecia, pobres griegos. Pobre de nosotros. La democracia ha sufrido una estocada mortal. Como siempre, la élite económica se ha rebelado y ha ganado la batalla.