¡En venta!

Cada día nos despertamos con algún sector, industria, servicio, o incluso persona humana,  que ha sido objeto de privatización. Es la última moda. Ahora ha tocado el turno a las Cajas de Ahorro. 

En cuanto nos hemos dado la vuelta, la señora Salgado y su amigo MAFO ponen a la venta las cajas de ahorro. Porque, aunque cada periódico ha contado la noticia de forma desigual, incluso algunos creen que con esta operación se nacionalizan las cajas de ahorro y se convierten en banca pública, nada más ajeno a la realidad: lo que en verdad se está proponiendo  es privatizar las cajas.

El Gobierno quiere  acelerar el saneamiento del negocio financiero y reforzar su credibilidad ante los mercados internacionales. Para ello, va a obligarles a que aumenten el porcentaje de capital de inmediata disponibilidad. Este nuevo baremo de capitalización supondrá que las Cajas de Ahorro se verán forzadas a  captar capital a través de los mercados financieros. Es decir, en roman  paladíno: las cajas de ahorro se privatizan.

Pondrán en venta  sus activos y si no consiguen captar capital, cifra que ronda en torno a 20.000 millones de euros, antes de la fecha límite del mes de octubre,   entonces recibirían ayudas públicas,  a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, (FROB). A cambio de esa "liquidez"  el gobierno entraría como copropietario de esas entidades. Pero esta especie de "nacionalización" es tan sólo transitoria ya que a los cinco años de la intervención se venderán a los bancos.

Las Cajas de Ahorro, que concentran el 51% del ahorro de los españoles, podrían haber servido de base para la reconstrucción de una banca pública, mejorando, eso sí, los mecanismos de control actuales. Esas instituciones podrían haberse convertido en una sólida y solidaria Red de Instituciones Financieras Públicas, que, como dice el profesor Alberto Montero, solucionarían la actual situación de congelación del crédito a ciudadanos y pequeñas empresas.

Sin embargo, el Gobierno y el Banco de España  han llegado a conclusiones bien distintas. Creen que las cajas "no pueden sobrevivir al model actual porque no tienen capacidad para captar capital y mejorar su solvencia en un entorno tan difícil como el actual, en el que, además, los mercados tienen una pésima imagen de ellas".

Como pueden ustedes imaginarse, esos "futuros accionistas", que serán los grandes beneficiarios de estas nuevas privatizaciones, son los mismos que han provocado la actual crisis financiera.

¡Así es la vida!

Es cierto que algunas Cajas se han convertido en los últimos tiempos en  nidos de chanchullos de muchos politicos. Contra ello, por supuesto, hay que luchar. Pero aún es más cierto que si prospera este nuevo decreto, la Obra Social de las Cajas desaparecerá a muy corto plazo: proyectos culturales, deportivos, de insercción, para la tercera edad...  

Y lo harán porque el nuevo accionariado querrá obtener beneficios, como principal y único objetivo, y no invertir en proyectos solidarios, modelo Obra Social.  Lamentablemente, me temo que lo veremos.

Esto es lo que el gobierno socialista va a hacer. 

¿Qué les parece?

¡BANCA PÚBLICA YA!