Yo no se ustedes, pero yo ando de nuevo preocupada por los extremos del clima. Extremos que a decir de los expertos, no se daban en décadas.
Ejemplos, varios. En Rusia se están llegando a más de 39 grados, algo inaudito por esos lares.
Los monzones este año castigan de forma brutal al continente asiático.
En China, el tifón "Chanthu" ha causado ya más de 1.100 muertos debido a las inundaciones y a los desprendimientos de tierra. Miles de toneladas de desechos han sido arrastrados por las inundaciones y han amenazado colapsar la presa del río Yangtsé, una de las mayores hidroeléctricas del mundo.
En Pakistán han sufrido las peores inundaciones en los últimos cien años. Según las cifras oficiales, hay más de 1.500 muertos y en torno a tres millones de afectados, aunque está cifra varía según los distintos medios consultados. En todo caso, el desastre humanitario es impresionante. Diarrea, cólera, sin agua potable, sin comida, sin medicamentos. Todo anegado de barro.
Mientras todo esto ocurre, hay otro escenario en la ciudad alemana de Bonn: una reunión, desde ayer hasta el día 6 de agosto, para preparar la Cumbre del Clima, que se celebrará el próximo mes de diciembre en Cancún.
Están analizando la fórmula para que los países ricos se comprometan con el futuro Tratado sobre el Clima, previsto para finales de 2011. Están estudiando la adaptación al cambio climático, la lucha contra la deforestación y la financiación de los países en desarrollo para que puedan actuar contra el cambio climático. También tocarán los temas esenciales sobre la biodiversidad.
El problema, ya denunciado por muchas organizaciones humanitarias es si los países ricos tomarán en serio su compromiso con las acciones que prevé el Tratado o la reunión de Cancún será tan baldía como lo fue la de Copenhague.
No parece que haya mucho optimismo. Lo que si se sabe es que a falta de un acuerdo, el Protocolo de Kioto, que entró en vigor en 1997, seguiría en activo hasta un nuevo convenio internacional que enfrente de forma seria y eficaz el cambio climático.
Como siempre los grandes tienen la palabra, no todas sin duda, pero si una parte importante: Estados Unidos y China, los grande emisores de dióxido de carbono, causante de la deforestación y de la degradación brutal del medio ambiente, son los más renuentes a avanzar en un nuevo Tratado.
¿Deberíamos tener esperanza?
Ejemplos, varios. En Rusia se están llegando a más de 39 grados, algo inaudito por esos lares.
Los monzones este año castigan de forma brutal al continente asiático.
En China, el tifón "Chanthu" ha causado ya más de 1.100 muertos debido a las inundaciones y a los desprendimientos de tierra. Miles de toneladas de desechos han sido arrastrados por las inundaciones y han amenazado colapsar la presa del río Yangtsé, una de las mayores hidroeléctricas del mundo.
En Pakistán han sufrido las peores inundaciones en los últimos cien años. Según las cifras oficiales, hay más de 1.500 muertos y en torno a tres millones de afectados, aunque está cifra varía según los distintos medios consultados. En todo caso, el desastre humanitario es impresionante. Diarrea, cólera, sin agua potable, sin comida, sin medicamentos. Todo anegado de barro.
Mientras todo esto ocurre, hay otro escenario en la ciudad alemana de Bonn: una reunión, desde ayer hasta el día 6 de agosto, para preparar la Cumbre del Clima, que se celebrará el próximo mes de diciembre en Cancún.
Están analizando la fórmula para que los países ricos se comprometan con el futuro Tratado sobre el Clima, previsto para finales de 2011. Están estudiando la adaptación al cambio climático, la lucha contra la deforestación y la financiación de los países en desarrollo para que puedan actuar contra el cambio climático. También tocarán los temas esenciales sobre la biodiversidad.
El problema, ya denunciado por muchas organizaciones humanitarias es si los países ricos tomarán en serio su compromiso con las acciones que prevé el Tratado o la reunión de Cancún será tan baldía como lo fue la de Copenhague.
No parece que haya mucho optimismo. Lo que si se sabe es que a falta de un acuerdo, el Protocolo de Kioto, que entró en vigor en 1997, seguiría en activo hasta un nuevo convenio internacional que enfrente de forma seria y eficaz el cambio climático.
Como siempre los grandes tienen la palabra, no todas sin duda, pero si una parte importante: Estados Unidos y China, los grande emisores de dióxido de carbono, causante de la deforestación y de la degradación brutal del medio ambiente, son los más renuentes a avanzar en un nuevo Tratado.
¿Deberíamos tener esperanza?
11 comentarios:
Las miras cortoplacistas es lo que tienen. Sacar el jugo al planeta sin contemplaciones da rédito a corto plazo pero se lo carga a medio y largo plazo (cada vez menos largo). Y siempre están ahí los mismos, los renuentes a tomar medidas para evitarlos que son los mismos que no firman el acuerdo sobre las bombas racimo, sobre la energía nuclear...
4 de agosto de 2010, 8:08Ahí están China y USA liderando, con su ejemplo, el fin del planeta y de sus seres vivos.
Salud y República
Este tema a los que deberían solucionarlo no le interesa, los beneficios a corto plazo, eso es lo que buscan, lo que pueda pasar después les tiene sin cuidado.
4 de agosto de 2010, 9:12Bicos
No estoy muy puesto (nada) en temas climáticos, pero si que está claro que si no se toma alguna medida, las futuras generaciones lo pasarán bastante mal.
4 de agosto de 2010, 10:25Un besset.
Los grandes no quieren,no tienen voluntad política de poner coto a tanto desafuero por lo que más cumbres es más de lo mismo.
4 de agosto de 2010, 11:54Siento ser pesimista pero no creo en estos gobernantes porque están supeditados a los grandes intereses económicos.
Besos
El poder y los votos es lo único que les importa, lo demás, nada: ya comeremos poder y votos en el futuro.
4 de agosto de 2010, 13:00sobre este tema, como en otros, la responsabilidad directa es de los poderosos, por supuesto. China nunca ha tenido dentro de su territorio ninguna consideración con los desastres enormes que ha causado al entorno, además, no contribuye a la disminución de CO2.
4 de agosto de 2010, 13:26EEUU igual, con el agravante que, como otros países occidentales no sólo operan en su territorio, sino que hacen estragos también dentro de fronteras ajenas. Los paises subdesarrollados están ocupados en intentar sobrellevar las crisis del momento y postergan decisiones fundamentales que pasan a la cola en la lista de prioridades. Es toda la comunidad internacional la que debe presionar con urgencia para que de una vez por todas se cambie el rumbo en ese aspecto que a todos nos condena.
Bien cabe recordar estos temas que sólo ocupan los titulares cuando no hay temas rutilantes en las carteleras.
abrazos.
Lo que se está viviendo en Rusia este verano es como para replantearse las actitudes negacionistas sobre el cambio climático: ¡en Moscú han superado los 40º C!
4 de agosto de 2010, 13:49Pero ya se sabe, el tema cambio climático no da votos ni buena fama.
Saludos.
La naturaleza se está tomando la revancha por las tropelías ue cometemos los humanos.
4 de agosto de 2010, 16:11Salud, República y Socialismo
Hace 20 años ya andábamos algunos preocupados por la capa de ozono y esos temas que entonces comenzaban a tratarse. Cierto: yo estuve muy preocupado porque barruntaba cosas. Recuerdo que entré entonces en Grrenpeace. Pero querida Ciberculturalia, en estos 20 años he asistido a dos cosas: a la entrada de la ecología en la vida cotidiana y a la tomadura de pelo descomunal que consiste a no hacer nada absolutamente. Estoy tan desengañado. No le veo posible solución. Así que ya no me preocupo, puesto que me amargaba, me angustiaba. La gente, en el fondo, no es conxciente de la dimensión real del problema. Y como a pesar de todo no es consciente, supongo que se merece todo cuanto va a venir. Siento que somos cuatro, Carmen, solo cuatro que vemos lo que nos espera. Los demás tienen una opción ecológica que empieza y acaba en poner tres bolsitas en la basura. Si me preguntas cómo veo a ese nivel el futuro resumiría diciendo que no lo veo. Pero como me duele tanto este tema prefiero orillarlo porque ahí sí que siento que no puedo hacer absolutamente nada, a pesar de lo que digan los que hablan d sostenibilidad. Nada; retórica mientras la contaminación crece. Me rindo. Un beso.
4 de agosto de 2010, 18:47Supongo que para cambiar no es imprescindible esperar a nadie. He dejado de preocuparme sobre si será útil lo que hacemos y no hacemos. Puede que sea suficiente con que sea hermoso.
4 de agosto de 2010, 23:30No sé si la poesía podrá cambiar muchas cosas. Posiblemente no necesitamos tantas.
Bueno, el problema es que o tenemos que tirar la toalla, o de lo contrario hacer una revolución en todo el mundo que acabe con este sistema, porque estamos cargándonos el planeta, esta crisis lo demuestra, hay que producir mas, por ende hay que esquilmar el planeta, hasta destruir el clima, en eso estamos, entonces dejaremos con brazos cruzados ver como todo se va a la mierda!
5 de agosto de 2010, 2:11Salud y besos
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