Me ha impactado esta noticia por lo que supone de estulticia, megalomanía e ineficacia de la clase política, en este caso, de los gobernantes de Senegal.
Senegal, ese país con gravísimos problemas económicos, con una tasa de paro del 48%, donde un altísimo porcentaje de jóvenes arriesgan su vida subiéndose a las pateras de la muerte para entrar en la cada vez más cerrada Europa.
Sí. Ese país en el que a un octogenario presidente, Abdulaye Wade, se le ocurre construir un monumento para celebrar su independencia, monumento que ha tenido la virtud principal de irritar a todos los sectores. Convendrán conmigo que conseguir una opinión generalizada, aunque en este caso en tonos negativos, tiene su aquel, su mérito, no les parece?
Una parte, grita por el despilfarro que supone invertir 19 millones de euros en un edificio cuando el país está deconstruido socialmente.
Otra parte, pone el acento en el estilo del edificio, estilo de realismo socialista, realizado por artistas neocoreanos, que según estas críticas voces, es ajeno a la cultura africana.
Un gran porcentaje de la población musulmana, que recordemos representa el 95% de los senegales, consideran que la figura femenina del monumento es una provocación y una indecencia acorde con esa mirada musulmana tan suspicaz en relación con la mujer.
Por último, y como remate absoluto de esta estulticia megalomaniática senegalesa, ese presidente octogenario pretendía llevarse un porcentaje, el 35% de los ingresos, que se obtuvieran de las visitas turísticas al monumento, para su propio beneficio. Estoy convencida de que en este punto debió de tener asesores de la SGAE española. Seguro.
En fin, como verán han conseguido cuadrar el círculo de la insensibilidad, la estulticia y la avaricia. ¿Creen que esto ocurre tan solo en Senegal? ¿De verdad lo creen? Les reto a que hagamos juntos un seguimiento de monumentos megalómanos y nos sorprendería ver que la estupidez abunda en los políticos "on the world".
Hoy es lo que he sacado de conclusión de mi lectura. Esto distrájome de sulfurizarme leyendo sobre el señor Neira.
Mañana será otro día. Por hoy, nada más. Suficiente.
16 comentarios:
Me recuerda a los monumentos de la época de Stalin. Hay (o había) uno dedicado al obrero y la campesina en Moscú.
5 de abril de 2010, 7:22Bueno, ya se sabe, que en estos países el control sobre el poder es nulo.
Si, coinido con u apreciación, sobre todo es lamentable por las graves carencias y necesidades de Senegal que obligan a gastar de otro modo el dinero público, amén de que este presidente es un chorizo y un sinvergüenza.
5 de abril de 2010, 9:24Un beso, me alegro de tu regreso.
Salud y República!
Nexus.
La oligarquía que tiene el poder y el control de los países pobres, la mayoría de las veces llega hasta el esperpento; pero existen casos, no tan llamativos, pero que también son ejemplos claros de estulticia, en los países democráticos, incluso en nuestro país. Sirva como ejemplo "A cidade da cultura" de Santiago de Compostela, la faraónica idea de Fraga, que hemos pagado, pagamos y pagaremos todos los gallegos.
5 de abril de 2010, 10:09Bicos
Aparte de los millones mal empleados, está la necesidad de aparentar algo que no se tiene. Y si por allí llueve por aquí no escampa.
5 de abril de 2010, 10:19Un saludo.
Sí, sí. Echa un ojo por "a cidade da cultura"...no hay que ir demesiado lejos (desgraciadamente) para encontrar la estulticia:"Stultorum numerus infinitus est"
5 de abril de 2010, 10:42La verdad es que es vergonzoso al máximo, no tiene vergüenza el señor este, mentras el pueblo muriendo de hambre, cuando trabajaba tuve la oportunidad de conocer a muchos senegaleses que vinieron aquí en busca de un mundo mejor, gente buena y trabajadora.Un petonet.
5 de abril de 2010, 11:23Y qué decir?Si hemos dicho ya tantas cosas y tanta vergüenza que nos asola
5 de abril de 2010, 12:04Qué decir?Si ya nos faltan las palabras
Un beso
Este país como tantos otros de la zona, por encima del mundo occidental, del primer mundo, tienen como enemigo a su propia clase política, corrupta y megalómana, capaz de mirarse en el espejo y que les responda que son los más guapos.
5 de abril de 2010, 16:14Una pena. Ahí es donde se debe contribuir en el tercer mundo, en el control y la búsqueda de principio democráticos que eviten la corrupción y los autoritarismos.
Salud y República
Es una vergüenza mayúscula. No se puede gobernar tan de espaldas a las necesidades de su pueblo.
5 de abril de 2010, 17:09Un abrazo
Muy cerquita tenemos a a esos políticos megalómanos que malgastan nuestros dineros. Pero ver ese despliegue de indecencia en países donde la población sangra en cada esquina, te encoge el corazón. Salud.
5 de abril de 2010, 17:17Bienvenida, de nuevo, Carmen. Nada mal estaría el ejercicio de seguimiento de obras megalómanas que nos propones. Cerca,muy cera,alguna veo desde mi ventana. Tremenda recaída debe haberte provocado el atracón de prensa.
5 de abril de 2010, 17:21Un abrazo,
Bienvenida y gracias por tus gracias.
5 de abril de 2010, 20:10Tu entrada de hoy vuelve a poner en el candelero un tema universal: la insensibilidad (por no ser grosero) de muchos gobernantes y su falta de escrúpulos. Hay toda una lista de monumentos al ego y al bolsillo de muchos gobernantes.
¿Cómo se pueden conciliar tantos disparates? El descomunal importe en un país hambriento, el estilazo norcoreano megalomaniaco, la idiocia del rechazo al cuerpo femenino y la avaricia del dictador para sacar la pasta del turista visitante…
5 de abril de 2010, 20:16Hay mucho camino por recorrer para liberar estos pueblos, pero sus dirigentes se encargan de cortar el paso y dejarlos en el ostracismo.
Un saludo
Da igual que sea Senegal o el valle de los caidos,hay que dejar constancia del paso pr el poder.saludos.
5 de abril de 2010, 22:45Me recuerda el Valle de los Caídos... o la Expo92, o cualquiera de las Olimpiadas o grandes eventos deportivos.... ¡porca miseria!
10 de abril de 2010, 22:56Salud Carmen
Publicar un comentario