Primeras impresiones bálticas

La verdad es que la influencia de un viaje a mi me dura mucho tiempo. Y eso es lo que más me apasiona.

Primero su preparación, a la que en unos casos dedico más tiempo que en otros. Lamentablemente a este le dediqué escaso tiempo antes de. Pero la ventaja siempre está en las horas de aeropuerto y aviones varios que yo aprovecho para empaparme cuanto puedo de esos lugares que luego voy a visitar. El a posteriori del viaje es todo un rito que me "rechifla" y que me puede durar un sin fin de fines de semana. En este caso no hay prisas.

Durante el viaje siempre llevo una moleskine (cual si fuera una reportera) en la que recojo el día a día y también esas impresiones o informaciones que luego no puedo recabar de ninguna otra fuente. Este mini diario me permite luego ampliar mi bitácora del viaje. También hago muchísimas fotos para luego seleccionarlas al volver a casa. La organización de las fotografías me toma también mucho tiempo.

Y con todo ello voy ordenando mi viaje. Algunas veces hago un libro viaje, otras es tan solo un álbum de fotos con las "excelencias" del mismo. Ahora, también incluyo el blog como soporte narrativo.

Como verán el viaje me da mucho de si pero es lo que a mi más me fascina. No hay prisa cuando se trata de gozar del ocio, no les parece? La única cosa que yo tengo que controlar es que como el tiempo da de si lo que da de si, si hago una cosa no puedo dedicarme a otra. Y por tanto tengo que decidir, entre esas innumerables tareas placenteras, cuáles primo en cada momento.

Hoy, antes de irme a comer fuera, he decidido dejarles tan solo algunas perlas de mi paso por el Báltico. Suena como prepotente y de hecho lo es. Es imposible, sin duda, tener una idea real y cierta de estos tres países, Lituania, Letonia y Estonia, habiendo estado tan solo una semana. y solo visitar sus capitales. Lo se y no osaría en mantener lo contrario.

Pero si les puedo dejar hoy una pequeña muestra fotográfica de estos tres países bálticos, cuyas capitales fueron declaradas por la Unesco, en el año 1997, Patrimonio Mundial:

De Vilnius (Lituania) por tener el casco antiguo barroco más grande de Europa.

De Riga (Letonia) por sus magníficos ejemplos de arquitectura modernista de Europa.

De Tallin (Estonia) por su casco antiguo de gran belleza representante del pueblo más antiguo comerciante medieval del norte de Europa.

Disfruten de este aperitivo que les brindo de mi viaje.