India. Comienzo del viaje: Delhi

Decir que conozco India sería una insensatez, una estupidez. Ni en años, yendo anualmente, podría conocerla. Es el país de los grandes misterios, de los enormes contrastes. Estuve en el año 2004. Solo en una pequeñísima parte del norte de ese gran país. En algunos de sus iconos más conocidos: Delhi, Agra, Benarés, Jaipur... Solo estuve 15 días pero me impactaron de tal forma que prometí volver. Aún no lo he hecho porque otros destinos también me reclamaron, pero tengo la seguridad de que volveré.

India produce en le viajero dos reacciones encontradas y sin ninguna conexión. Aquellos a los que les produce un profundo rechazo, por la pobreza, por la miseria, por la inmensísima muchedumbre... Y a esos otros, entre los que me encuentro, que nos deja prendados de por vida justo por los mismos motivos por los que los otros rechazan India.

No es un juicio de valor. Sencillamente depende de la mirada, del punto de vista. Cuando voy a estos países, tan y tan ajenos a nuestra sociedad, a nuestras costumbres, a nuestra cultura, lo que a mi me fascina es contemplar esas realidades tan distantes y tan diferentes. Me enseñan. Aprendo.

Es el caso de India. Su diversidad es tan brutal que ya esos contrastes te impactan. Todo allí es ingente. Es el séptimo país más extenso del planeta. El segundo más poblado del mundo, después de China. La diversidad de sus lenguas, culturas, etnias, creencias... ya solo eso hace del país algo realmente increible.

Tienen más de 17 lenguas regionales y cientos de dialectos que a veces dificulta el entendimiento entre ellos, especialmente en las poblaciones rurales. La lengua más hablada es el hindi, pero existen otras tan enraizadas como el tamil que es considerada como la lengua viva más antigua de India. O el bengalí, conocidad como la lengua literaria, porque dió grandes nombre a la literatura. Su mayor triunfo es Rabindranath Tagore (1861-1941), que fue Premio Nobel en 1913. Casi todas las lenguas derivan del sánscrito pero cada una de ellas tienen una escritura y literatura propias.

En India la religión lo invade todo. No es baladí que en India nacieran las cuatro grandes religiones del mundo: hinduismo, budismo, jainismo y sijismo. El 85% de la población es hinduista. También cuenta India con la tercera población musulmana más importante del mundo y el crisitianismo tambien está enraizado.

Lo menos loable de India es la división de la sociedad en castas. Un sistema de discriminación hereditaria que aunque actualmente está prohibida por ley, sigue muy enraizada entre la población rural, el mayor porecentaje de ciudadanos indios.

Mi viaje comenzó en Delhi. Todos los hoteles se hallan en la parte colonial, en Nueva Delhi, donde se encuentran las grandes avenidas, majestuosas mansiones coloniales. El vestigio de la etapa colonial aquí es evidente.

De mi visita a Delhi destaco dos o tres cosas. Una de ellas es el Qutb Minar, la torre exenta más alta de India y el monumento islámico más antiguo del país. Marca el lugar donde se estableció el primer reino musulmán, en 1193. Designada patrimonio de la humanidad por la Unesco la torre se halla dentro del recinto Mehrauli Arqueological Park, donde se encuentran también edificios de gran belleza como la Tumba de Adham Khan, o un impresionante pozo escalonado llamado Rajon Ki Baoli, o la Mezquita Madhi Masjid, construida a principios del siglo XIII.

Otra visita obligada es el Museo Nacional. Les recomiendo que insistan pues muchos touroperadores no lo incluyen y sin duda para los amantes del arte es visita obligada. Es inmenso, tiene más de 200.000 obras. Cuando yo fui ya llevaba una mínima lista de "imprescindibles". Yo también se las recomiendo e incluso las he incluido en el Slide, junto a mis fotografías. La he buscado en Internet y solo no he podido encontrar el Coran miniado.

Estas piezas son:
* El cortejo nupcial de Dara Shikoh: miniatura mogol del siglo XVIII.
* Kubera: una escultura del silgo II, del dios hindú de la abundancia. Es muy curiosa por los rasgos centroasiáticos del dios.
* Nataraja: la danza cósmica del Siva, uno de los bronces más bellos del museo.
* Corán iluminado: corán dorado del siglo XVIII, maravilloso ejemplo de caligrafía islámica.

Estando en Delhi, es impensable no visitar el lugar donde fue incinerado Gandhi, Raj Ghat, el símbolo más emblemático de India. Es una plataforma de granito negro donde grabaron sus últimas palabras: ¡He Ram! ¡Oh Dios!. Todo jefe de estado en visita oficial debe acercarse a este lugar, este monumento conmemorativo o samadhi. Allí deben depositar guirnaldas en memoria del Padre de la Nación. En los aniversarios de su nacimiento, 2 de octubre, y de su muerte, 30 de enero, los líderes del país se unen aquí en oración.

Aqui en Delhi comenzó mi iniciación a ese país del que les seguiré hablando más adelante.

La foto del comienzo es India Gate, un famoso arco, construido en arenisca roja, en conmemoración de los soldados británicos e indios caídos en la Primera Guerra Mundial

Espero disfruten de las fotografías.