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Los islandeses y los pobladores del viejo continente

5 abr 2011


Hace unos dias estuve leyendo la reseña del nuevo libro de Hans Magnus Enzensberger, libro aún no traducido al castellano,  "El dulce monstruo de Bruselas o La incapacitación de Europa". Viene a defender la tesis de que la democracia auténtica, la real, no la de papel, está destruida en la Unión Europea. Examina y critica la máquina burocrática en que se ha convertido la Unión, una máquina que promulga leyes que, según el autor, ignoran las normas básicas de su propia constitución. 

Insiste en que  la Unión Europea desarrolla tics cada vez más autoritarios, ante unos ciudadanos amedrantados, zarandeados por una crisis brutal y nunca vista. Una burocracia arrolladora a la que no saben responder "los adocenados pobladores del viejo continente".

Insta a los europeos a plantarles cara  porque, según él,  "mientras los pueblos árabes se sublevan para reclamar la autodeterminación y la democracia, Europa se hunde a través de las instituciones europeas que se han convertido en una hidra de papel que devora a los ciudadanos".


Sin embargo, de vez en cuando vemos que no todas las sociedades son igualmente pasivas. Islandia es buen ejemplo de ello. Vemos como hace unos meses los ciudadanos islandeses se han organizado y, trás multiples manifestaciones, han conseguido meter entre rejas a los banqueros. Esta revolución, por supuesto, ha sido escasamente difundida por los grandes medios de comunicación. Una revolución contra los abusos del poder político y financiero. ¡Bien por los islandeses!

España, salvo honrosas excepciones, como la  manifestación contra los recortes sociales convocada por Izquierda Unida, o la reciente manifestación del colectivo Juventud sin futuro,  o el movimiento generado por José Luis Burgos ... insisto, salvo excepciones, la mayoría ciudadana está adormecida

Quizás distraida con la llamada "princesa del pueblo", quizás emocionada con la visita de la familia real inglesa, pero la mayoría, simple y llanamente, está  "aplastada por los acontecimientos" que, además, asumen como inevitables. 

Es tal el impacto de los mensajes oficiales, siempre sustentados por los grandes medios,  de que las medidas del Ejecutivo Socialista son las únicas posibles para salir de la crisis, que nos han dejado sin capacidad de análisis, sin reflexión, sin rebeldía. 

Tal es el  impacto, tal nuestra incertidumbre, tal nuestro temor que, insisto, ya asumimos como inevitable que para controlar el deficit la única vía es cargarse el estado de bienestar. No pensamos que hay otras vías posibles para resolver el déficit como  sería aumentando los ingresos. ¿Cómo se preguntaran? Si se hubiera luchado a tiempo contra el fraude fiscal, ya tendríamos una bolsa cercana a los 75.000 millones de euros. Tan sólo a modo de ejemplo. 

No podemos seguir resignados como borregos. Ya a estas páginas traje hace tiempo la reseña del libro de Hessel "Indignaos".

Sigue en pie la necesidad. Indignémonos y reaccionemos. Podemos y debemos hacerlo.

12 comentarios:

Txema dijo...

Y aquí se les recibe en la Moncloa y encima se permiten el lujo de dar consejos.

besos

5 de abril de 2011, 8:48
RGAlmazán dijo...

Indignado y cabreado sigo. Esperando el momento de que el cabreo sea masivo. Mientras tanto debemos seguir denunciando esta situación de pasotismo que nos asola.
Buena entrada.
Besos.

Salud y República

5 de abril de 2011, 9:11
Anónimo dijo...

Erzensberger siempre tiene mucha razón, viene avisándolo desde hace tiempo. Con todo, no creo que los jóvenes sean los únicos que tienen que poner el grito en el cielo, ellos siempre son la excusa.

Salud

5 de abril de 2011, 9:23
mariajesusparadela dijo...

Es maravilloso lo que han conseguido de forma pacífica: encarcelar a los banqueros y dejar de pagar la deuda.
Un ejemplo a seguir.

5 de abril de 2011, 15:29
Dean dijo...

Siempre nos indignamos los mismos cuatro y nuestra capacidad de reacción parece poca cosa. Con la Unión Europea se ha acentuado el adocenamiento, aunque no creo que haya otro sitio con tanta pasividad como España, raya en lo absurdo.
Un saludo.

5 de abril de 2011, 15:33
Adrián J. Messina dijo...

Los medios, las grandes corporaciones, las políticas de los gobiernos en situaciones frágiles siempre querrán a la población domadita y dormida. No les gusta el griterío. Hay que saber diferenciar lo que es el grito del ciudadano común y el grito de aquel que lo hace para ocupar un trono... No hay que permitir que se mezclen las bolsas...
Alabado sea el pueblo árabe y su valentía, pueblos callados y domados durante siglos...
La mentira tiene patas cartas...

Abrazos.

5 de abril de 2011, 17:41
Felipe Medina dijo...

Los islandeses han tenido el coraje y la dignidad de hacer pagar un largo peaje a quienes se atrevieron a tanto.

Besos

5 de abril de 2011, 17:57
Juan Carlos López dijo...

Mientras bajaba el puntero hacia la caja de comentarios he leído el título de un artículo que escribiste el año pasado: "El infierno existe aquí". Ya sé que el asunto era otro, pero aquí estamos en este caldo en que el propio miedo y la conformidad sirven al mismo amo.

Hablas de la manifestación del otro día y de otras movilizaciones. Por qué no hablamos de cines y teatros llenos, de los jovencitos que esperan días a la puerta de un pabellón a que les cante Justin Bieber, de los atascos que van a producirse dentro de pocos días... La gente parece vivir sólo para sí, en un limbo pintado que redecora o intenta restaurar con lo que pilla cuando se resquebraja. Se les han fabricado otros motivos de indignación que apuntan a blancos intercambiables o sustituibles (los políticos), a blancos errados (ETA, los inmigrantes).

Casi estoy convencido de que un información veraz y generalizada sobre Islandia no hubiera servido de acicate. El objetivo de su ocultación ha sido, me parece, dar menos pasto a la gente de izquierdas, la cual puede estar tan desinformada como cualquier ciudadano.

Y hablando de izquierdas, me parece que está, aparte de las dificultades para que se oigan sus voces, el lastre de fijar como objetivo inmediato las urnas, a ver si algo se araña. Me parece que no es manera. Así que vendrán tazas y tazas de infusión enervante para que sigamos indignándonos.

5 de abril de 2011, 19:48
Isabel Martínez Barquero dijo...

No puedo estar más de acuerdo. Nuestra democracia es sólo de palabra, pues nos dominan las diferentes clases políticas de los diversos estamentos administrativos territoriales (en nuestro caso: Europa, España, la respectiva Comunidad Autónoma y el respectivo Ayuntamiento y, en su caso, pedanía). Miles de funcionarios burócrata, miles de señores feudales que nos dicen qué es lo adecuado.
Pero ya está bien de tanto tragar. Lo adecuado para ellos puede que no coincida con el bienestar de la mayoría, que asistimos atónitos al derecho de pernada por delante y por detrás en una comedia donde, además, se nos tacha de culpables.
Ya está bien de que mantengamos a los auténticos parásitos. ¿Es que no tenemos sangre? ¿Hasta cuándo seguiremos callados y tristes? ¿Vamos a dejar que nos roben el futuro?
Sí, Carmen, sigamos el ejemplo islandés. No seamos tan resignados, porque estamos todos en juego por la ambición de unos pocos.
Magnífica entrada.
Un besazo.

5 de abril de 2011, 22:35
Genín dijo...

Está claro que aquí estamos aborregados, habrá que despertar y sacudirse la modorra...
Salud y besitos

6 de abril de 2011, 1:52
Neogeminis Mónica Frau dijo...

Es muy lamentable que sea así. Europa unida y democrática es un paso hacia el bienestar de todos. Es un claro escalón hacia una globalización más justa y equitativa.
Un abrazo.

6 de abril de 2011, 5:21
quebrantandoelsilencio dijo...

La democracia como tal dejó de existir aquí hace muchos años, seguramente muchos más de los que pensamos. Deberíamos ir pensando en organizar democracias paralelas a las oficiales a pequeña escala para organizar nuestras vidas en función de nuestros intereses.
Un saludo.

6 de abril de 2011, 8:50
 

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