La verdad es que la frase tiene chunga, no creen? Ya lo sabemos y lo sabemos practicamente desde el principio de los tiempos. Casi desde el momento de nuestra aparición en escena.
Ya ni que decir de los muchos (o algunos) que hemos pasado por el no santo matrimonio, pareja o componenda, que cualquier denominación nos serviría, si sabemos con certeza que "nada, nada es para siempre".
Aprendimos, con más o menos gracia que nada, nada, nada es para siempre: El trabajador con un contrato de una semana, aunque esa semana para él sea toda una eternidad; el que tiene un contrato indefinido pero que sabe que con la reforma laboral pronto estará en la cola del INEM; el dueño de un piso que era el sueño de su vida y ahora está en manos del banco... Y así, podríamos señalar miles de ejemplos para saber lo que ya sabemos: "Nada es para siempre".
Aprendimos, con más o menos gracia que nada, nada, nada es para siempre: El trabajador con un contrato de una semana, aunque esa semana para él sea toda una eternidad; el que tiene un contrato indefinido pero que sabe que con la reforma laboral pronto estará en la cola del INEM; el dueño de un piso que era el sueño de su vida y ahora está en manos del banco... Y así, podríamos señalar miles de ejemplos para saber lo que ya sabemos: "Nada es para siempre".
Si esta frase suena a obviedad, incluso innecesaria en lenguaje popular a la par que cotidiano, cuando menos es chocante que lo diga un político. Máxime si éste representa una de las más altas instancias del Estado.
Nada es para siempre. Así es. Que dicho de otra forma, todo puede ser trastocado, cambiado. Los políticos lo harán cuando les venga en gana. "Donde dije digo, digo diego" es exactamente lo que nos ha venido a decir el ciudadano Rajoy con su alegre y contundente frase "Nada es para siempre".
Estoy deprimida, a la par que algo desolada, viendo lo que veo, oyendo lo que oigo, sintiendo lo que siento. Siento rabia, desazón, rebeldía.
Hoy por ejemplo, observo cómo unos corruptos brindan alegremente porque han conseguido sentar en el banquillo a un juez, que al margen de si cae o no cae bien, que eso es baladí, es un juez que intentaba administrar justicia evitando que los chorizos corruptos siguieran haciendo negocio dentro de la carcel, en connivencia con sus abogados. Son los juicios de la vergüenza en dónde un juez es imputado por la denuncia de unos corruptos. Al revés, no?
Vemos cómo los grandes medios de comunicación hacen loas interminables por el gran padre de la Constitución, Manuel Fraga y salvo honrosas excepciones, nadie se acuerda de sus responsabilidades en las muertes y asesinatos cuando él era ni más ni menos que el todopoderoso Ministro de la Gobernación de Franco.
O vemos cómo los responsables de la pésima gestión de las administraciones públicas, especialmente las municipales y autonómicas, no les pasa nada aunque dejen las arcas públicas a menos cero. En todo caso se van a sus casas para ser sustituidos por otros casi iguales mientras que el ciudadano asume esos "desastres económicos", esos "agujeros negros" con su propia vida, su propio esfuerzo. Con más desesperanza.
Al parecer, es tal el escándalo que van a exigir responsabilidades penales a los gestores que se gastan lo que no tienen. Veremos a ver si esa medida la ponen en práctica porque ya se ha organizado un duro debate entre los unos y los otros, que, a veces, son casi lo mismo. Ya sabemos lo que gusta a nuestros políticos ese otro refrán: "del dicho al hecho no hay más que un trecho". Mientras, al ciudadano le toca pagar tanto desmadre.
A mi en todo caso me da igual cómo lo hagan o lo dejen de hacer, pero quiero que se exija la máxima responsabilidad a todo aquel que maneje las cuentas públicas, que es dinero de los contribuyentes. No sólo me refiero al cuánto se gasta, sino al qué y al cómo. Ejemplos de despilfarro los tenemos a montones.
Al parecer, es tal el escándalo que van a exigir responsabilidades penales a los gestores que se gastan lo que no tienen. Veremos a ver si esa medida la ponen en práctica porque ya se ha organizado un duro debate entre los unos y los otros, que, a veces, son casi lo mismo. Ya sabemos lo que gusta a nuestros políticos ese otro refrán: "del dicho al hecho no hay más que un trecho". Mientras, al ciudadano le toca pagar tanto desmadre.
A mi en todo caso me da igual cómo lo hagan o lo dejen de hacer, pero quiero que se exija la máxima responsabilidad a todo aquel que maneje las cuentas públicas, que es dinero de los contribuyentes. No sólo me refiero al cuánto se gasta, sino al qué y al cómo. Ejemplos de despilfarro los tenemos a montones.
"Nada es para siempre"... Bueno, pensándolo bien si esto es así, quiere decirse que quizás algún día tengamos una democracia de primer nivel, unos políticos más responsables (los que ya lo son no se darán por aludidos), una justicia democrática en su totalidad, unos corruptos en las cárceles y aquellos políticos que los defiendan, que haberlos haylos, haciéndoles compañía.
Recuerdo por cierto, las loas de Rajoy hacia su, antes íntimo amigo, el imputado Francisco Camps. Y es que efectivamente, Presidente Rajoy, "nada es para siempre".
Viñeta de J.R.Mora
6 comentarios:
A excepción de la estupidez humana, lo demás es transitorio.
18 de enero de 2012, 20:22Un saludo.
¿Pensabas que iba a ser la excepción que confirma la regla con los políticos?
18 de enero de 2012, 20:22Besos y salud
Lo que parece que es para siempre es el sueldo de los políticos y sus prebendas...
18 de enero de 2012, 21:35Nada es para siempre, una bella frase. Todo es efímero. Este tío es un poeta, se ha equivocado de profesión.
18 de enero de 2012, 22:37Besos
Salud y República
Lo único que es para siempre es la cara de tonto que tiene Rajoy. Me avergüenza que un tipo como ese pueda ser la imagen de nuestro país enb el extranjero.
19 de enero de 2012, 0:00Salud, República y Socialismo
Seguro que nunca dijo una verdad más grande. Por suerte para nosotros "nada es para siempre" y algún día lo perderemos de vista.
19 de enero de 2012, 0:09Bicos
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