La historia nos ha mostrado en repetidas ocasiones el poder que tiene la ciudadanía. Poder para hacer frente a situaciones injustas, ilegítimas y abusadoras. Pero no siempre los ciudadanos creen en su propia fuerza, no siempre se consideran responsables, o al menos corresponsables con los aconteceres de su propio entorno.
Un ejemplo de ello lo tenemos estos días en la reciente revuelta popular en Tunez, revuelta contra un gobierno opresor y corrupto. Un régimen, por cierto, consentido por la comunidad internacional. Consentido por la Unión Europea. Consentido por Estados Unidos. Todo este consentimiento a causa de la comodidad que suponía tener a un país aliado, eso sí conocidamente corrupto, para mantener a raya la amenaza islamista y la inmigración hacia Europa.
Durante muchos años, Europa ha puesto a Tunez como ejemplo de modernidad y progreso. Puesta en escena sólo de cara a los cándidos ciudadanos porque ellos, los gobernantes, siempre han sabido de las corruptelas y de las violaciones continuas de los derechos humanos en ese país del Magreb.
No sin razón, y según la clasificación en la Lista de la Democracia de The Economist Intelligence Unit, sobre 167 países, Tunez aparece colocada en el bochornoso puesto número 144.
Han sido los ciudadanos tunecinos que han dicho BASTA contra el presidente Ben Alí que ha abandonado el país por la puerta trasera. Una puerta de lujo porque al parecer Arabia Saudí ha acogido al depuesto presidente y a su familia.
Ahora los ciudadanos tunecinos deberán volver a la normalidad para que, por los cauces democráticos, se restituya el poder y el régimen dictatorial de Ben Alí sea sustituido por una verdadera democracia.
El clima de inseguridad que hay estos días en las calles tunecinas debería desaparecer inmendiatamente, poque eso sólo favorecerá a las fuerzas de la extrema derecha que intentarán justificar a toda costa la represión en pro de la seguridad callejera.
Para conseguir la transición a una democracia real que piden los ciudadanos, sin duda tendrán que hacer importantes reformas constitucionales, ya que de momento todas las leyes están configuradas para mantener y consolidar el poder del partido del depuesto presidente.
Lo que piden los ciudadanos tunecinos es un cambio radical en la política económica y social que ha estado llevando a cabo el presidente Ben Alí durante 23 años.
En todo caso, lo que yo quería destacar hoy es la fuerza que tenemos los ciudadanos para cambiar el curso de las cosas y como contraposición el riesgo que corremos si estamos adormecidos y apáticos con las cosas que nos rodean. Si no participamos de nuestro propio entorno.
Termino con estas magníficas palabras de Bertol Brecht, "El analfabeto político"
13 comentarios:
¡Cuánta razón llevas!¡Cuánta razón lleva Brecht!
17 de enero de 2011, 7:31Túnez ha estallado ante tanto terror dictatorial y los ciudadanos han conseguido desalojar al sátrapa.
¡Creamos en la fuerza de los ciudadanos!
Pero,dónde los hombres?
Besos y buen día
Me ha impresionado lo de Túnez por varios motivos.
17 de enero de 2011, 7:35Pero, el más importante es que desmiente que los árabes sean incapaces de moverse por sus derechos.
Es cierto que Túnez no se parece en nada a otros países de la zona, tiene más cultura política, pero puede ser un revulsivo para otras sociedades oprimidas, como Argelia, Marruecos o Irán.
Es más, de democratización de estos estados traerá la solución al problema de los palestinos con toda seguridad.
Muy buena entrada Carmen
saludos
Los chicos adolescentes (en general, que hay maravillosos c "casos raros") dicen que no les hable de política. Yo siempre les digo que les hablo de "social", no de política. Al final, entran al trapo...
17 de enero de 2011, 8:29A mi me preocupa mucho que ocurrirá en Tunez después de esto.
17 de enero de 2011, 9:40¿Sera posible un gobierno democrático o pasara lo mismo que en otro tiempo pasó en Iran?. Espero y deseo que no vuelva a ocurrir lo mismo que en Iran.
¿Por qué ahora los medios de comunicación se llenan la boca hablando del dictador y antes nunca oimos decir nada de que en Tunez había una dictadura?.
Bicos
Querida, hemos vuelto a coincidir en le tema. No puedo estar más de acuerdo contigo.
17 de enero de 2011, 10:12Bertold Brecht sabía lo que decía.
Besos.
Salud y República
Si todos leyéramos más a Brecht...Muy interesante, tu reflexión Ciber.
17 de enero de 2011, 10:43Besos
Reacción que ha sido posible gracias a internet, ya que la bota dictatorial que había, mantenía sus posibilidades bastante reducidas.
17 de enero de 2011, 13:11A ver cuándo aprendemos de los vecinos y aprovechamos internet, no para enviar invitaciones a MafiaWar o a CityVille, sino a reccionar ante las injusticias.
Un saludo.
Estupenda entrada. Muy bien traido Brecht
17 de enero de 2011, 19:01Todos esos que se dicen apolíticos son los que más daño hacen a la politica, porque siempre terminan votando a la derecha.
17 de enero de 2011, 20:09La fuerza de la ciudadania es evidente, por eso es desesperante la pasividad de los españoles ante las permamentes agresiones del gobierno socialista.
Esperemos que el proceso democrático de Tunez vaya por el camino correcto y no se desvien por el fanatismo religioso.
Salud, República y Socialismo
Seria genial que fuera la primera ficha del dominó que cae arrastrando a las de al lado...
17 de enero de 2011, 21:11Salud
Como se entiende mejor, pues se ha recuperado misteriosamente la palabra, aunque no me guste: hay que empoderarse, sí. Pero de esto no se dará cuenta quien no asuma su condición de mujer política o de hombre político (en el sentido aristotélico de la palabra), que no es, obviamente lo mismo que aplaudir a los políticos o lo que estos hacen o deshacen.
17 de enero de 2011, 22:41Lo realmente dificil es saber utilizar esa fuerza y que no nos la utilicen como casi siempre acaba sucediendo,esperemos que Tunez no sea el caso,saludos.
18 de enero de 2011, 1:20Te doy toda la razón y aboslutamente de acuerdo. Debemos revindicar aquello que dice: " El pueblo unido, jamás será vencido".
19 de enero de 2011, 0:34Un abrazo.
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