Un triste adios a Jordi Solé Tura

Dicen que fue un gran hombre.

Dicen que fue un gran jurista, padre de la Constitución, de aquella Constitución que costó tanto esfuerzo consensuar y llevarla a buen fin.

Dicen que fue un sólido hombre de izquierdas, un histórico del PSUC, militante del PSC.

Dicen los que le conocieron, que fue un buen Ministro de Cultura: coherente, discreto, apaciguador, sólido.

Dicen los que le conocieron, que era un auténtico "feminista" de palabra y obra.

Dicen los que le conocieron, que dentro de su profunda timidez, y a corta distancia, tenía un humor exquisito.

Dicen los que le conocieron, que muchos le deben haberles descubierto la cocina catalana. Restaurantes catalanes de la Villa dan constancia de ello: los calçots, el bacalao a la llauna, los robellones, los caracoles y muchas cosas más.

Dicen los que le conocieron, que era un privilegio poder disfrutar de sus interesantes conversaciones, de sus debates, por su coherencia intelectual, por su humildad, por su gran sabiduría.

Dicen los que le conocieron y los que no, que hoy se ha ido un auténtico hombre de izquierdas, un gran hombre para la política, para la democracia, para muchos corazones.

Siempre le recordaremos

Documental sobre Jordi Solé Tura, realizado por su hijo Albert: "Bucarest, la memoria perdida"